Un hombre de 32 años, originario de Shanghái, ha causado conmoción en la opinión pública china al renunciar a una vida acomodada para convertirse en indigente, a pesar de su educación privilegiada y sus amplias oportunidades en el sector financiero, informa South China Morning Post.
Zhao Dian vivió desde los 10 años en Nueva Zelanda con su familia y posteriormente residió en Sídney, Nueva York y París. Con un historial académico sobresaliente —dos licenciaturas y tres maestrías en finanzas— parecía destinado a una carrera exitosa. Sin embargo, la presión constante de sus padres y una relación fría y distante lo llevaron a reconsiderar el rumbo de su vida.
Durante su estancia en el extranjero, Zhao admitió haber sufrido una profunda soledad, que solo lograba mitigar al contactar con otros expatriados chinos. En París, mientras trabajaba en la cocina de un restaurante, descubrió que tareas sencillas como fregar platos le proporcionaban más satisfacción que aspirar a un empleo prestigioso.
"Si lavar platos puede dar felicidad, ¿por qué esperar a un trabajo ideal?", reflexionó el hombre, según el periódico.
Sobrevivir con 14 dólares al mes
A su regreso a China en 2023, aceptó empleos temporales como camarero en un festival de cerveza y en un hotel. Poco después, se trasladó a la ciudad de Dali, en la provincia de Yunnan, donde tomó la decisión radical de vivir en la calle.
Actualmente mantiene una rutina estricta: se levanta a las siete de la mañana y se acuesta a las nueve de la noche. Se ducha ocasionalmente en hostales, come en restaurantes vegetarianos gratuitos y utiliza instalaciones hoteleras para lavar su ropa. Así logra subsistir con solo 100 yuanes al mes (unos 14 dólares), mientras conserva ahorros personales de 2.500 yuanes (poco más de 350 dólares).
Viste ropa de segunda mano y suele llevar un lector electrónico, con el que combina la lectura y los viajes con proyectos propios, como clubes de lectura o la difusión de videos de apoyo psicológico en línea. Aunque mantiene contacto virtual con su hija de 10 años, fruto de una relación pasada en Nueva York, ha cortado los lazos con sus padres, que siguen viviendo en Nueva Zelanda.
¿Libertad personal o huida de responsabilidades?
Según el diario, Zhao considera que muchos jóvenes se sienten desorientados por la presión educativa y, como alternativa, impulsa iniciativas que buscan orientar a niños y adolescentes hacia vocaciones más auténticas. Afirma que su apuesta por un estilo de vida austero ha aumentado su sensación de plenitud, aunque no todos comparten esa visión.
Su historia ha generado un intenso debate en las redes sociales chinas: algunos la interpretan como un gesto de libertad personal, mientras que otros lo ven como una huida de las expectativas familiares y sociales, e incluso como una forma de eludir sus responsabilidades como padre.
