El conflicto en Ucrania ha desatado una auténtica 'fiebre del oro' para los fabricantes de armamento de la UE. El campo de batalla se ha convertido en un gigantesco laboratorio de pruebas para nuevas tecnologías, lo que ha provocado un auge sin precedentes en la inversión en el sector, según The New York Times.
Este 'boom' está revolucionando la industria, que abandona los lentos proyectos estatales para abrazar un modelo dinámico financiado por capital riesgo. Con financiación privada, una nueva generación de 'startups' desarrolla prototipos a un ritmo frenético, con la esperanza de asegurar contratos en el futuro. "Antes, ninguna empresa de capital riesgo europea estaba interesada en la defensa. Ahora, todos quieren invertir", afirma Torsten Reil, cofundador Helsing, empresa con sede en Múnich (Alemania).
Los datos respaldan este cambio radical: la consultora McKinsey señala que la financiación global de capital riesgo para empresas de defensa se disparó un 33 % el año pasado, hasta los 31.000 millones de dólares. En Europa, la inversión privada en 'startups' militares entre 2021 y 2024 quintuplicó la de los tres años anteriores, según el NYT.
Ucrania se convierte en laboratorio de guerra
Ucrania se ha convertido en un punto de inflexión y en el campo de pruebas definitivo. Con aproximadamente el 80 % de los objetivos destruidos por drones, el conflicto evidencia el poder de una tecnología asequible y de evolución vertiginosa. Los drones de bajo coste, algunos fabricados con madera contrachapada y espuma, son capaces de destruir tanques de varios millones de dólares, subrayando un cambio de paradigma en la naturaleza del conflicto.
Empresas como Helsing, actualmente valorada en 14.000 millones de dólares, ejemplifican esta tendencia. Comenzaron suministrando drones a Ucrania y actualizándolos cada pocas semanas para contrarrestar nuevas amenazas. Esta agilidad choca frontalmente con los ciclos de desarrollo de décadas de los gigantes tradicionales, como el programa del caza F-35.
En este nuevo ecosistema, la inteligencia artificial se sitúa en la vanguardia. El sistema de IA de Helsing, bautizado como Centaur, fue probado recientemente asumiendo el control temporal de un caza Gripen. En combates aéreos simulados, esta inteligencia artificial, capaz de procesar diez decisiones por segundo, logró derribar con éxito a oponentes pilotados por humanos.
Por su parte, Rusia ha manifestado reiteradamente que los suministros de armas a Kiev solo prolongan el conflicto y no contribuyen a su resolución pacífica. Además, las autoridades rusas han acusado a las fuerzas ucranianas de hacer un uso indebido de las armas suministradas por Occidente, incluyendo ataques deliberados contra civiles. Además, advierten de que se han esparcido por todo el mundo, llevando un peligro mortal a diferentes países y regiones.