La elección del cantante puertorriqueño Bad Bunny para ponerle música al intermedio de la Super Bowl de 2026, uno de los espacios más importantes de EE.UU., parece que no ha sido del agrado del Gobierno que encabeza el presidente Donald Trump.
El miércoles, uno de los asesores del Departamento de Seguridad Nacional y jefe de campaña de Trump en 2016, Corey Lewandowski, aprovechó para expresar su desacuerdo y lanzar una clara amenaza en el podcast The Benny Show.
Según adelantó en el programa, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) estará presente en el partido: "No hay ningún lugar en este país que proporcione refugio seguro a las personas que se encuentran aquí ilegalmente. Ni en la Super Bowl ni en otro lugar. Los encontraremos. Los detendremos. Los mandaremos a un centro de detención y los deportaremos. Así que tengan en cuenta que esa es una situación muy real bajo esta Administración", dijo.
El asesor también mostró su desagrado con la elección del artista: "Es una vergüenza que hayan decidido elegir a alguien que parece odiar tanto a EE.UU. para representarlos en el descanso del partido", sostuvo.
Las críticas se producen por la postura del cantante, quien rechazó ofrecer conciertos en el EE.UU. continental durante su esperada gira mundial.
El motivo de esa negativa está en la preocupación del artista por las deportaciones masivas que está llevando a cabo Washington, como le confesó a una reportera hace unas semanas: "El problema de que el ICE podría estar fuera [del concierto]. Y es algo de lo que hablamos y que nos preocupaba mucho", reconoció.