Los soldados israelíes acusados de torturar y agredir sexualmente a un palestino detenido en la base militar de Sde Teiman, hecho que fue grabado y difundido, han defendido públicamente sus acciones y han exigido gratitud.
De acuerdo con medios israelíes, los militares que aparecieron con pasamontañas negros que ocultan su identidad declararon ante el Tribunal Supremo poco después de que la principal abogada militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), la general de división Yifat Tomer-Yerushalmi, admitiera que aprobó la publicación del video con torturas.
El lunes, un tribunal de Tel Aviv prorrogó por tres días la detención de Tomer-Yerushalmi, quien autorizó la publicación del video y dimitió, afirmando que lo hizo para "contrarrestar la propaganda falsa contra los organismos encargados de hacer cumplir la ley en el Ejército".
"Solo hay una verdad"
En la reciente grabación, uno de los soldados israelíes dijo que "en lugar de aprecio" recibieron acusaciones y "en lugar de agradecimiento, hubo silencio". "No nos dejaron responder, no nos dejaron explicarnos. Nos sometieron a un juicio público ante las cámaras como si ya hubieran decidido quién es el culpable", manifestó. "No permaneceremos callados y seguiremos luchando por la justicia y por nuestras familias. [...] Venceremos porque solo hay una verdad", insistió.
En agosto de 2024, el canal israelí N12 difundió unas imágenes de videovigilancia en las que se veía a un grupo de detenidos palestinos tendidos en el suelo del centro de detención de la base militar de Sde Teiman, en el sur de Israel, con los ojos vendados. A continuación, varios soldados seleccionaron a uno de los prisioneros y se lo llevaron a un rincón de las instalaciones donde abusaron sexualmente de él. Asimismo, se informó que la víctima fue trasladada a un hospital con "signos de graves abusos, incluso en el ano".
Posteriormente, uno de los diez reservistas detenidos y acusados de "maltrato grave a un detenido" aseguró que el caso es una invención para manchar el nombre de los miembros de las FDI, añadiendo que los videos fueron editados de forma malintencionada. Mientras tanto, al menos dos de los acusados mintieron en las pruebas del polígrafo cuando se les preguntó si habían violado sexualmente al prisionero.
A su vez, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, declaró que la difusión del video "causó un enorme daño a la reputación de Israel, al Ejército y a nuestros soldados" e instó a que se lleve a cabo una "investigación independiente e imparcial" de lo sucedido. "Quizás sea el ataque más grave de relaciones públicas que ha sufrido Israel desde su fundación. No recuerdo ningún otro tan concentrado e intenso", expresó.


