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¿Por qué Corea del Norte ignora al resto del mundo?
Existen grandes indicios de que en un futuro próximo Corea del Norte realizará una nueva prueba nuclear, a pesar de que esto desataría una nueva ronda de sanciones internacionales. Sin embargo, esto parece no importarle en absoluto a Pyongyang.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur anunció que en el polígono de pruebas nucleares del Norte en los últimos días se ha observado una actividad inusual. Sin embargo, las autoridades de Corea del Norte afirmaron a finales de marzo que su país cuenta con las facultades para llevar a cabo otra prueba nuclear, ya que se enfrenta a graves amenazas externas.
"Desde hace tiempo está claro que la comunidad internacional no tiene ninguna oportunidad de forzar a Corea del Norte a que abandone sus pruebas nucleares. Incluso si EE.UU. y algunos otros países tienen el deseo a castigar a Pyongyang por violar de manera flagrante el régimen de no proliferación nuclear, en la práctica no existe la más mínima posibilidad de hacer cumplir este deseo", asegura Andréi Lankov, profesor de la surcoreana Universidad Kookmin.
Como explica Lankov, desde finales de 2006 Corea del Norte está sometida a sanciones internacionales. Estas medidas son endurecidas después de cada prueba nuclear, y no hay duda de que serán reevaluadas en el caso de que una cuarta prueba tenga lugar.
Sin embargo, estas sanciones no han influido en el comportamiento de Corea del Norte. "Aunque por un lado las restricciones dificultan significativamente el comercio del país asiático con Estados Unidos y otros países occidentales, hecho que la propaganda de Pyongyang aprovecha para hablar de 'bloqueo económico', en la práctica las sanciones recaen casi exclusivamente en artículos de lujo y productos de alta tecnología relacionados con la industria militar", agrega el catedrático.
Por lo tanto, señala Lankov, no es exagerado decir que el comercio de la RPDC con el mundo exterior se limita a China. Según algunas estadísticas, "el gigante asiático representa al menos el 70% (y posiblemente hasta el 90%) de todo el comercio exterior de Corea del Norte. En 2013, el comercio exterior entre China y la RPDC alcanzó los 6.500 millones de dólares".
Esto explica por qué el Gobierno chino mantiene una doble política en sus relaciones con Corea del Norte. "Por una parte, los representantes chinos siempre votan en la ONU para endurecer las sanciones contra Pyongyang y, por otra parte, Pekín sigue proporcionando a Corea del Norte ayuda económica directa e indirecta. Esta política es absolutamente comprensible y no va a cambiar en el futuro".
En definitiva, no es necesario preocuparse demasiado por las pruebas nucleares de Corea del Norte, asegura Lankov. Muy probablemente, las pruebas nucleares se realizarán, pero sus consecuencias políticas se limitarán a "la adopción de una nueva resolución del Consejo de Seguridad, acompañada de encendidos discursos de los diputados a la Asamblea General de la ONU. En general, la situación continuará su viejo camino, que no puede ser visto como algo bueno, pero que tampoco es exclusivamente malo", concluyó el profesor.
"Desde hace tiempo está claro que la comunidad internacional no tiene ninguna oportunidad de forzar a Corea del Norte a que abandone sus pruebas nucleares. Incluso si EE.UU. y algunos otros países tienen el deseo a castigar a Pyongyang por violar de manera flagrante el régimen de no proliferación nuclear, en la práctica no existe la más mínima posibilidad de hacer cumplir este deseo", asegura Andréi Lankov, profesor de la surcoreana Universidad Kookmin.
La comunidad internacional no tiene ninguna oportunidad de forzar a Corea del Norte a que abandone sus pruebas nucleares
Como explica Lankov, desde finales de 2006 Corea del Norte está sometida a sanciones internacionales. Estas medidas son endurecidas después de cada prueba nuclear, y no hay duda de que serán reevaluadas en el caso de que una cuarta prueba tenga lugar.
Sin embargo, estas sanciones no han influido en el comportamiento de Corea del Norte. "Aunque por un lado las restricciones dificultan significativamente el comercio del país asiático con Estados Unidos y otros países occidentales, hecho que la propaganda de Pyongyang aprovecha para hablar de 'bloqueo económico', en la práctica las sanciones recaen casi exclusivamente en artículos de lujo y productos de alta tecnología relacionados con la industria militar", agrega el catedrático.
Por lo tanto, señala Lankov, no es exagerado decir que el comercio de la RPDC con el mundo exterior se limita a China. Según algunas estadísticas, "el gigante asiático representa al menos el 70% (y posiblemente hasta el 90%) de todo el comercio exterior de Corea del Norte. En 2013, el comercio exterior entre China y la RPDC alcanzó los 6.500 millones de dólares".
Esto explica por qué el Gobierno chino mantiene una doble política en sus relaciones con Corea del Norte. "Por una parte, los representantes chinos siempre votan en la ONU para endurecer las sanciones contra Pyongyang y, por otra parte, Pekín sigue proporcionando a Corea del Norte ayuda económica directa e indirecta. Esta política es absolutamente comprensible y no va a cambiar en el futuro".
En definitiva, no es necesario preocuparse demasiado por las pruebas nucleares de Corea del Norte, asegura Lankov. Muy probablemente, las pruebas nucleares se realizarán, pero sus consecuencias políticas se limitarán a "la adopción de una nueva resolución del Consejo de Seguridad, acompañada de encendidos discursos de los diputados a la Asamblea General de la ONU. En general, la situación continuará su viejo camino, que no puede ser visto como algo bueno, pero que tampoco es exclusivamente malo", concluyó el profesor.
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