Sospechan de violaciones a los derechos humanos en prisiones secretas en Afganistán
Los interrogatorios a presos de las cárceles secretas en Afganistán podrían violar los convenios internacionales. Así, varios expertos comentan la información sobre prisiones secretas operadas por militares estadounidenses en el país asiático, información que fue confirmada por fuentes oficiales.
Funcionarios militares y del Gobierno norteamericano describen esos centros de detención como instalaciones temporales de retención cuyo objetivo primordial es reunir información de inteligencia. Al mismo tiempo, varios medios informan que los reclusos de estas 20 cárceles podrían ser interrogados durante semanas sin presentárseles cargos en su contra durante todo ese tiempo.
Las fuentes brindaron la información a la agencia AP en condiciones de anonimato, alegando el carácter secreto del programa.
Anteriormente, Washington negaba la existencia de tales prisiones secretas a pesar de que varias organizaciones afirmaban lo contrario.
El más secreto cetro de detención se ubica en la base aérea estadounidense de Bagram, administrado por el grupo élite de combate contra el terrorismo, el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas. Las instalaciones se encargan de interrogaciones a los más importantes miembros de Al Qaeda, el Talibán y otros grupos militantes.
Varios ex prisioneros afganos denunciaron haber sido víctimas de abusos en este centro en Bagram.
Según un reporte publicado el año pasado por la Fundación Open Society, los denunciantes afirmaron que sus captores no les proporcionaban suficientes alimentos y no les permitían practicar su religión. Además, se empleaban técnicas para privarlos de sueño.
El portavoz del Ejército de Estados Unidos, la capitana Pamela Kunze, en aquel entonces negó la existencia de prisiones secretas y aseveró que todos los centros de detención respetaban la legislación vigente.
La existencia de prisiones secretas de la CIA en varias partes del mundo en la época de George W. Bush y los métodos de interrogación que se utilizaban en ellas fueron el foco de las críticas hechas por el presidente estadounidense Barack Obama al asumir su cargo. Él prometió cerrarlas.