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Violencia en Egipto tras condena a muerte de 21 acusados por la tragedia de Port Said
Al menos 30 personas han muerto en Egipto, y otras 250 resultaron heridas, en los disturbios desatados después de que un juez condenara a la pena de muerte a 21 acusados de participar en la masacre del estadio de Port Said.
Al menos 77 personas perdieron la vida y otras 300 resultaron heridas el 1 de febrero del 2012 en medio de violentos choques, que se produjeron entre las hinchadas de los clubes Al-Masri y el Al-Ahli.
Los expedientes de los acusados serán trasladados al muftí, la máxima autoridad religiosa del país, para que dicte su opinión sobre la ejecución de los condenados.
Una vez dictados los veredictos, la muchedumbre intentó asaltar el centro penitenciario, donde permanecen recluidos casi todos los acusados. Los policías utilizaron gases lacrimógenos para reprimir la agresión, y además efectivos del ejército fueron desplazados a la ciudad para garantizar la seguridad.
Tras estos disturbios, al menos 27 personas, entre ellas dos jugadores de fútbol, han muerto, y otras 250 resultaron heridas.
El presidente de Egipto, Mohamed Morsi ha ordenado al premier ministro que regrese del Foro Económico Mundial que se celebra en Davos por la situación en el país.
La condena llega un día después del segundo aniversario de la revolución contra Mubarak, que el país conmemoró con numerosas manifestaciones en El Cairo, Alejandría y Suez. Las protestas, convocadas por la oposición al Gobierno de Egipto, desembocaron en violentos disturbios y enfrentamientos entre manifestantes y la Policía, que dejaron al menos nueve muertos y más de 450 heridos.
El Ministerio del Interior de Egipto ha indicado en un comunicado que la situación en varias provincias del país "ha llegado a un nivel de violencia sin precedentes contra los edificios públicos".
Los opositores dicen que el presidente Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes “han secuestrado la revolución”. Mientras tanto, el propio mandatario egipcio tiene una visión muy distinta y ha reprobado en su cuenta de Twitter a aquellos que han atacado a los cuerpos de seguridad. Además, ha defendido la labor de la Policía, antes de transmitir sus condolencias a las familias de los fallecidos.
El descontento y la polarización en el país es una constante. Mientras que para algunos es un hecho normal tras varias décadas de falta de participación civil y política en la época de Mubarak, para otros es una frustración, ya que las revueltas no han traído los ansiados cambios económicos, ni justicia social ni tampoco han implicado una vida mejor.
Mientras tanto, este sábado los Hermanos Musulmanes y otros grupos islamistas han convocado marchas a favor del presidente Morsi y en contra de la violencia que sigue estando presente en el país.
El periodista internacional y director de la revista digital ´Mediterráneo Sur´, Ilya Topper, cree que el presidente egipcio, Mohamed Morsi, ha confundido el concepto ´democracia´, ya que tras ganar las elecciones se olvidó del pueblo, favorece las necesidades de sus allegados y ha implantado una dictadura.
“Ha impuesto un nuevo régimen autoritario, solo que esta vez basado en los Hermanos Musulmanes, en el bando islamista de Egipto, que antes estaba en oposición”, opina el periodista. “Ha cambiado un grupo de gobernantes por otro grupo de gobernantes, sin cambiar el sistema. El sistema sigue siendo autoritario”, agrega.
Los expedientes de los acusados serán trasladados al muftí, la máxima autoridad religiosa del país, para que dicte su opinión sobre la ejecución de los condenados.
Una vez dictados los veredictos, la muchedumbre intentó asaltar el centro penitenciario, donde permanecen recluidos casi todos los acusados. Los policías utilizaron gases lacrimógenos para reprimir la agresión, y además efectivos del ejército fueron desplazados a la ciudad para garantizar la seguridad.
Tras estos disturbios, al menos 27 personas, entre ellas dos jugadores de fútbol, han muerto, y otras 250 resultaron heridas.
El presidente de Egipto, Mohamed Morsi ha ordenado al premier ministro que regrese del Foro Económico Mundial que se celebra en Davos por la situación en el país.
Descontento y polarización, una constante en el país
La condena llega un día después del segundo aniversario de la revolución contra Mubarak, que el país conmemoró con numerosas manifestaciones en El Cairo, Alejandría y Suez. Las protestas, convocadas por la oposición al Gobierno de Egipto, desembocaron en violentos disturbios y enfrentamientos entre manifestantes y la Policía, que dejaron al menos nueve muertos y más de 450 heridos.
El Ministerio del Interior de Egipto ha indicado en un comunicado que la situación en varias provincias del país "ha llegado a un nivel de violencia sin precedentes contra los edificios públicos".
Los opositores dicen que el presidente Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes “han secuestrado la revolución”. Mientras tanto, el propio mandatario egipcio tiene una visión muy distinta y ha reprobado en su cuenta de Twitter a aquellos que han atacado a los cuerpos de seguridad. Además, ha defendido la labor de la Policía, antes de transmitir sus condolencias a las familias de los fallecidos.
El descontento y la polarización en el país es una constante. Mientras que para algunos es un hecho normal tras varias décadas de falta de participación civil y política en la época de Mubarak, para otros es una frustración, ya que las revueltas no han traído los ansiados cambios económicos, ni justicia social ni tampoco han implicado una vida mejor.
Ha cambiado un grupo de gobernantes por otro grupo de gobernantes, sin cambiar el sistema. El sistema sigue siendo autoritario”
Mientras tanto, este sábado los Hermanos Musulmanes y otros grupos islamistas han convocado marchas a favor del presidente Morsi y en contra de la violencia que sigue estando presente en el país.
El periodista internacional y director de la revista digital ´Mediterráneo Sur´, Ilya Topper, cree que el presidente egipcio, Mohamed Morsi, ha confundido el concepto ´democracia´, ya que tras ganar las elecciones se olvidó del pueblo, favorece las necesidades de sus allegados y ha implantado una dictadura.
“Ha impuesto un nuevo régimen autoritario, solo que esta vez basado en los Hermanos Musulmanes, en el bando islamista de Egipto, que antes estaba en oposición”, opina el periodista. “Ha cambiado un grupo de gobernantes por otro grupo de gobernantes, sin cambiar el sistema. El sistema sigue siendo autoritario”, agrega.
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