El diputado de Sao Paulo Guilherme Boulos conversó con el expresidente ecuatoriano Rafael Correa para abordar temas estructurales sobre la economía y la política en Brasil, país al que define como "uno de los más desiguales del planeta".
"La desigualdad es la mayor enfermedad de Brasil", insistió Boulos, tras destacar que, aunque es un problema común que afecta al conjunto de la región, tiene una característica especial en el gigante suramericano, ya que es el país "más rico" en términos macroeconómicos.
Según contó, su temprano interés por ese fenómeno como un asunto sistémico en Brasil fue por sus padres, que eran médicos y trabajaban con la población más vulnerable en la Amazonía. Eso explicó, en parte, su decisión de ir a la escuela pública, pese a que había nacido en un hogar de clase privilegiada.
"Brasil tiene seis millones de familias sin casa y siete millones de inmuebles abandonados. Hay más casas sin gente que gente sin casa".
Esa determinación, que ocurrió a sus 15 años, se unió a otro hecho trascendental en su vida: su afición al Sport Club Corinthians Paulista, el equipo de fútbol con mayor fanaticada en Brasil. "Ahí yo tenía el contacto con el pueblo. Fue también una formación política, porque ahí no hay blanco, no hay pobres, no hay blancos, no hay negros... hasta que acabe el partido", comentó.
Para él, ese ambiente y su dedicación al estudio terminó por su participación como estudiante en las recaudaciones de alimentos para el movimiento de los Sin Tierra. Esa lucha coincidió con la irrupción de las movilizaciones de los Sin Techo en Sao Paulo.
"Brasil tiene seis millones de familias sin casa y siete millones de inmuebles abandonados. Hay más casas sin gente que gente sin casa. Yo fui viendo aquello y la lucha, la conciencia de clase que se forma en la lucha, la movilización, la conciencia del pueblo. La lucha es la mayor escuela de formación que hay", valoró.
Revolución de la vivienda
Ese caldo de cultivo motivó su vinculación con el Movimiento de Trabajadores Sin Techo en Brasil, lo que también significó ver más allá de la necesidad de la gente y tomar acción contra los poderes fácticos que estaban detrás de la especulación inmobiliaria.
Esa lucha empezó con una confrontación con los grandes capitales, los gobiernos de derecha y la Policía. Ya a principios de los años 2000, la llegada del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva implicó la constitución de programas para la construcción de vivienda pública -hecha con la participación de la empresa privada- y la asunción de la edificación en manos de los movimientos populares.
"Cuando Lula había sido detenido ilegalmente, fue este pueblo el que salió de sus casas, de sus condominios populares, para ir a la calle a organizar el movimiento Lula Libre", recordó Boulos.
"Y lo que resultó fue que, con la misma plata que las constructoras hacían apartamentos de 40 metros cuadrados en regiones muy alejadas, nosotros hicimos apartamentos de 65 metros cuadrados con tres dormitorios, con balcón, con elevador. Con todo eso, se revolucionó la vivienda popular en Brasil", aseveró.
En su criterio, la transformación de esa realidad también vino de la mano de la organización del pueblo para la lucha social, lo que mostró su importancia en momentos claves de la política brasileña, como el 'lawfare' contra Lula.
"Cuando Lula había sido detenido ilegalmente, fue este pueblo el que salió de sus casas, de sus condominios populares, para ir a la calle a organizar el movimiento Lula Libre", recordó.
Especulación del capital internacional
Más allá de las victorias y avances en materia de vivienda, Boulos considera necesario tomar en cuenta que hay un tema superior: los fondos inmobiliarios que especulan con el suelo en Latinoamérica y han convertido un derecho en un bien de consumo.
"Estamos hablando de una de las formas de rentismo del capital financiero internacional de las más lucrativas, que es el capital inmobiliario (...) Los fondos, el fondo de Dubái o de Estados Unidos, de donde sea, que detienen el suelo de las grandes ciudades y lo especula, tornando la ciudad en algo totalmente antidemocrático", denunció.